En un conmovedor mano a mano en el programa "LAM" de América TV, Maxi Guidici, exconcursante de Gran Hermano, compartió detalles impactantes sobre su reciente hospitalización por una sobredosis de calmantes. Acompañado por el reconocido presentador Ángel de Brito, Guidici se sinceró acerca de los desafíos personales y profesionales que lo han abrumado en los últimos tiempos.

La conversación se centró en las percepciones erróneas que rodearon su vida y sus luchas. Ángel de Brito destacó que muchas personas habían trivializado su situación al atribuir sus problemas a la separación y a la falta de oportunidades laborales. Sin embargo, Guidici reveló que sus problemas eran más profundos y arraigados en su propia vida.

"Todo pasó por mí. Quizás el estar al lado de Juli (Díaz) y vivir tan de cerca que alguien está viviendo otras cosas me generaba más frustración o un sentimiento horrible que lamentablemente lo puedo llegar a comparar, feo lo que voy a decir, hasta con cierta envidia", confesó el ex Gran Hermano, mostrando una vulnerabilidad inusual en un medio tan público.

Maxi Guidici compartió sus sentimientos de frustración y envidia por el éxito de sus compañeros, admitiendo que no podía escapar de la sensación de estar atrapado en un pozo emocional. "Me hacía sentir muy mal afectar a otra persona con eso", agregó, revelando el peso de su propia carga emocional.

Ángel de Brito continuó indagando sobre las expectativas laborales y la fama que siguieron a la experiencia de Gran Hermano. Guidici, quien antes de su participación en el reality había trabajado en una empresa de seguros y había sido dueño de un hostel que tuvo que cerrar debido a la pandemia, expresó que su objetivo inicial era simplemente poder vivir de algo que disfrutara hacer.

"Siempre me gustó la comedia, me gustó el teatro. Pero nunca lo veía como algo cercano. Después que salí empecé a generar expectativas", compartió.

Sin embargo, Guidici reconoció que a diferencia de algunos de sus compañeros de la casa de Gran Hermano, él no estaba preparado para lo que vendría después de su participación. No tenía representante ni guía que lo orientara, lo que lo llevó a sentirse abrumado desde el principio. "Desde un principio ya me empecé a desesperar un poco, y después esa desesperación se transformó en frustración", afirmó.