En una gala llena de emociones y desacuerdos, la pista del Bailando 2023 se convirtió en un campo de batalla entre los padres de los participantes y el implacable jurado. El detonante: los puntajes otorgados a Juli Castro, que desataron un enfrentamiento directo entre su padre, Diego, y los jueces.

Diego Castro no titubeó al expresar su inquietud sobre la calificación recibida por su hija en las últimas presentaciones. Aseguró sentir que el jurado había sido particularmente riguroso, comparando algunos momentos con "patadas por encima de la rodilla" en el juego del baile.

Pampita, sin perder tiempo, tomó la batuta y cuestionó la presencia de los padres en los programas, enfatizando que los concursantes son quienes deben enfrentar las críticas y desafíos en la pista. "Los padres son periféricos en este contexto, la que participa es ella", sentenció.

El intercambio subió de tono cuando Diego respondió, destacando que no le incomodaba la opinión del jurado, pero Pampita replicó afirmando que si realmente le afectara, no habría salvado a Juli en las últimas cuatro oportunidades.

Marcelo Polino, desde su asiento, intervino sutilmente, sugiriendo que al opinar en nombre de su hija, Diego podría estar devaluando la capacidad de Juli para defenderse sola. La discusión ganó intensidad cuando el productor acusó a Polino de haber menospreciado a su hija anteriormente.

El clima se caldeó aún más cuando el cuarto jurado hizo alarde de su trayectoria televisiva, defendiendo su derecho a opinar con base en su experiencia y posicionamiento en el medio.

El enfrentamiento dejó al descubierto tensiones latentes entre los padres de los concursantes y el panel de jurados, evidenciando un choque de opiniones y una defensa acalorada por parte de quienes ven en sus hijos a los protagonistas de esta competición.